Damián Quintero, todo o nada por el kárate

El malagueño, número uno de la Liga Mundial, ha pedido una excedencia laboral para poder duplicar sus horas de entrenamiento.

Damian-quintero-numero-uno-liga-mundial

Cualquier atleta de élite vive por y para el deporte. Solo con muchas horas de entrenamiento, sacrificio y dedicación plena se puede llegar a ser el mejor del mundo en una disciplina. Pero, claro, esta premisa no es tan fácil de cumplir en los deportes considerados minoritarios, con menos recursos y una repercusión mediática limitada.

Damián Quintero (nacido en Buenos Aires en 1984, pero criado en Torremolinos) ha logrado el hito de ser el primer español en llegar a ser el número 1 de la Liga Mundial de kárate en la modalidad de katas, aún a falta del último campeonato puntuable, que se disputará a finales de mes en Okinawa (Japón). Todo un reconocimiento a un atleta que es además vigente campeón mundial y europeo, pero que no puede vivir de sus méritos deportivos.

«La clave ha estado en mi regularidad; es lo que me ha llevado al número 1 de la Liga Mundial»

De hecho, Quintero es ingeniero aeronáutico y trabaja en Madrid en una prestigiosa firma internacional de servicios digitales y tecnologías aplicadas a los negocios. Una profesión que ha decidido aparcar temporalmente, ya que lo va a apostar todo por el kárate. «Los últimos meses me está saliendo todo a pedir de boca. La clave es la regularidad que he tenido durante todo el año; es lo que me ha llevado al número 1. También el sacrificio: me he pedido una excedencia en mi trabajo para centrarme en la preparación cara al próximo Mundial. Para dedicarte al deporte a este nivel es inevitable quitarle tiempo a tu familia, a tus amigos o a tus vacaciones… El que algo queire, algo le cuesta», explica Quintero. Esta decisión le ha permitido duplicar sus horas de entrenamiento, ya que antes solo podía dedicarle al kárate las tardes.

Dedicación plena

El malagueño se entrena como mínimo cinco días a la semana, mañana y tarde, en el Centro de Alto Rendimiento de Madrid, donde reside. Compatibiliza las sesiones de kárate con su maestro Miguel Ángel López, actual seleccionador español, con el trabajo con su preparador físico, Elías Cuesta (jiennense que fue arquero olímpico). «Compaginar estos entrenamientos y los viajes con el trabajo ya era imposible. Ahora estoy más tranquilo. Me entreno más, pero los descansos son también de mayor calidad», afirma. Quintero es un referente internacional en la modalidad de katas, en la que los deportistas tienen que realizar una secuencia de movimientos, como si fueran combates imaginarios, en la que los jueces valoran detalles tan imperceptibles para el profano en la materia como la respiración, la velocidad o la intensidad de los ejercicios.

«Compaginar los entrenamientos y viajes con el trabajo ya era imposible»

Con esta dedicación plena, Quintero pretende profesionalizar al máximo su actividad deportiva. «Él reto es ese, seguir la línea de otros deportes para ser cada vez más profesionales», dice el malagueño. Sus buenos resultados deportivos le permitieron fichar por el Ahli Club de Dubai, que le financia algunos desplazamientos, tiene una beca de la Universidad Católica de Murcia y recientemente ha firmado un acuerdo con Daedo, una marca de material de artes marciales.

El karateca es consciente de que aún queda mucho para que su deporte esté al nivel de otros, aunque considera que el salto se puede dar con su posible denominación como disciplina olímpica. «El año que viene se decidirá sobre esta cuestión y esto nos puede catapultar de manera definitiva. El kárate sería más mediático, más profesional y nos permitiría a los deportistas dedicarnos a ello plenamente», argumenta.

El sueño de Tokio 2020

Quintero se muestra optimista cara a su presencia en Tokio 2020, en caso de que el kárate sea finalmente olímpico: «Hay buenas sensaciones, estamos muy cerca, ya que a los japoneses les interesa también, ya que el kárate allí es muy importante», dice. La posible cita olímpica le pillaría en un buen momento de madurez (actualmente tiene 31 años): «En las katas, la experiencia, las vivencias, es muy importante. Los últimos campeones del mundo se han retirado con unos 37 años, por lo que estaría dentro de ese rango. La vida da muchas vueltas, pero si finalmente se acepta el kárate como deporte olímpico, mi preparación sería a cuatro años vista, pensando en la cita de Tokio 2020».

Ahora, su mente está en la última cita de la Liga Mundial, en Okinawa, en la que pase lo que pase terminará como número 1 del mundo. Pero no piensa en relajarse: «Los deberes ya están hecho, pero a mí me encanta competir. Yo voy a por el oro».

Vía DIARIO SUR.